Esa tarde de otoño
ella preparaba la cena,
graciosamente,
mientras yo
disfrutaba
del armonioso vaivén de sus caderas.
Cenamos y charlamos,
reímos y nos embriagamos…
Luego,
ella se recostó en la cama
y yo la observaba,
la vi feliz,
se sentía feliz;
me hacia feliz.
Y mi corazón decía
la amo.
Esa noche no hicimos el amor
como de costumbre;
pero con gran pasión
la observe deslizarse
gratamente hacia la inconsciencia.
Rambal
Vagabundo...ese maldito whisky no dejò que le hicieras el Amor...( te lo has tomado todo)aprende a tomar con moderaciòn... hubieses pasado una noche inolvidable. Quedè con deseos de leer el intenso poema de Amor que le has escrito....lo puedes publicar ?
ResponderEliminarEs interesante como escribes....se llega hasta el final
un Beso
No hace falta hacer el amor con el contacto de la piel, sino a través de la mirada, de un poema...
ResponderEliminarsolo hace falta sentirlo intensamente con el alma y listo!
Abrazos RAMBAL, me encantó!
Doris,Diana.
ResponderEliminarGracias por sus comentarios.
Y Gracias a esa mujer nació un hermoso poema, gracias a ese whisky y a ese otoño. todo conspira para retratar el amor y la pasión que un hombre siente por una mujer. En la semana público el poema que le escribí.
Abrazos.
El Vagabundo